martes, 24 de enero de 2012
CHENOPODIUM QUINOA
Ha sido por siglos, el alimento principal para los pobladores de los Andes Sudamericanos, comprendido en lo que hoy es Bolivia y Peru; el espacio geografico donde, a traves del tiempo, se realizaron los mayores avances en su domesticacion y mejoramiento genetico, siendo esta region la que cuenta con el mayor numero de variedades, clones y lineas, lo que constituye un riqueza de variabilidad genetica y biodiversidad inigualable.
En la ultima decada, al grano de oro, como es denominada la quinua, por su alto valor alimenticio y farmacologico, ha experimentado un verdadero resurgimiento, que ha significado un aumento exponencial en la demanda, no solo local, si no principalmente en paises de Europa y EEUU, generando un aumento inusitado a nivel de area de produccion, numero de productores, comercializadores y otros actores de la cadena productiva.
Lo anterior, ha tenido como todos los procesos, diferentes tipos de impactos; por un lado el creciente movimiento economico ha permitido la generacion de mayores oportunidades para los productores y otros actores de la cadena. En contrapartida, se ha incrementado el uso de agroquimicos, la degradacion de suelos por el uso de maquinaria, la baja reposicion de materia organica y el uso de fertilizantes quimicos. Que paradoja, el cultivo emblematico de la agricultura andina, sometido al modelo de la revolucion verde y los agronegocios.
Estas entre otras son las motivaciones que han determinado que PROBIOMA, en alianza con CADEPQUIOR, haya emprendido la ejecucion de un programa destinado a implementar una propuesta de manejo responsable del cultivo, desarrollando los criterios de produccion responsable, los mismos que se apoyan en la propuesta del manejo ecologico de plagas con enfasis en control biologico.
La naturaleza contraataca: amaranto inca devora transgénicos de Monsanto
El amaranto inca kiwicha invade plantíos de soya transgénica de Monsanto en Estados Unidos como si estuviera en una cruzada por acabar con esta nefasta empresa agrícola y de paso dar un mensaje al mundo.
En lo que parece ser una muestra más de la sabiduría de la naturaleza abriendo camino, la especie de amaranto inca conocida como kiwicha se ha convertido en una pesadilla para Monsanto. Curiosamente esta compañía conocida por sus diabólicas (“Mondiablo”) prácticas se refiere a esta hierba sagrada para los incas y los aztecas como una mala hierba o una hierba maldita.
El fenómeno de la expansión del amaranto en cultivos de más de viente estados a lo largo de Estados Unidos no es nuevo, pero merece ser rescatado, acaso celebrando la pericia y quizás hasta la inteligencia de esta planta guerrera que se ha opuesto al gigante de las semillas transgénicas. Desde el 2004 un agricultor en Atlanta se dio cuenta que brotes de amaranto resistían al poderoso herbicida Roundup basado en el glifosato y devorando campos de soya transgénica. El sitio web de Monsanto recomienda a los agricultores mezclar el glifosato con herbícidas como el 2,4-D que fue prohibido en Escandinavia por estar haberse correlacionado con el cáncer.
Es curioso que el New York Times que hace más de 20 años escribía que el amaranto podía ser el futuro del alimento en el mundo, ahora llama a esta planta una “superweed” o “pigweed” un término despectivo que refleja una concepción del amaranto como una plaga.
Según un grupo de científicos británicos del Centro para la Ecología y la Hidrología, se ha producido una transferencia de genes entre la planta modificada genéticamente y algunas hierbas “indeseables” como el amaranto.
Este hecho contradice las afirmaciones de los defensores de los organismos modificados genéticamente (OMG): que señalan que una hibridación entre una planta modificada genéticamente y una planta no modificada es simplemente “imposible”.
El amaranto por cierto posee más proteínas que la soya y además contiene vitaminas A y C. Mientras tanto en Estados Unidos se preocupan de cómo eliminar esta resistente planta que supera a la tecnología de Monsanto: se reproduce en casi cualquier clima, no le afectan enfermedades ni insectos por lo cual no necesita químicos. ¿Acaso no sería mejor que escucharan este mensaje de la naturaleza e intentaran procesar alimentos de amaranto?
Casos como la satanización del amaranto nos hacen pensar que la industria de los alimentos busca simplemente mantener a la población en el peor estado físico posible para que pueda ser devorada por oscuras corporaciones e intereses políticos.
Vía Casa Europa
http://pijamasurf.com/2011/01/la-naturaleza-contraataca-amaranto-inca-devora-transgenicos-de-monsanto/
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